10 Ene Nuevo modelo productivo, diferencia entre crecimiento y desarrollo
Una de las principales causas de la debacle por la que atraviesan los sistemas capitalistas, radica en la persecución constante del crecimiento. Crecimiento en cifras, variables de la teoría económica que, relacionadas entre sí, determinan los resultados de las sociedades.
Imaginemos un puzzle donde la “mano que mece la cuna” como símil con los puntos neurálgicos del poder – sistemas financieros, gobiernos y mercados de capitales- mueven las piezas a su antojo a fin de mantener el crecimiento.
Si nos retrotraemos al momento exacto previo al inicio de la crisis económica y observamos como durante un tiempo no menor, la explotación de sistemas productivos basados en bienes y servicios especulativos supuso un alza en los ratios de crecimiento, una explosión de sociedades rozando cifras de pleno empleo y el tránsito por un ciclo en el que “todo estaba al alcance de todos” , y comparamos ese escenario con el actual, nos daremos cuenta de la importancia de plasmar la transición entre ciclos en los movimientos de las piezas del puzzle.
Una de las principales diferencias entre el modelo productivo antiguo y el actual radica en el término desarrollo en contraposición con el crecimiento, en el término reputación en contraposición con especulación, en el término comunidad en contraposición con individualismo y, sin duda, en el término fidelidad en contraposición con abuso.
Las variables económicas que rigen las sociedades en crisis en el momento actual siguen siendo manejadas arbitrariamente para lograr mantener el poder, un ejemplo gráfico de todo esto es la manipulación de las divisas para el fomento de la especulación sin embargo, los retos del nuevo modelo productivo son más difíciles de conseguir… ya que se centran en la externalización de las cualidades del ser humano tales como confianzas, reputación, comunidad, fidelidad, etc.… por lo que se puede determinar que, a diferencia del modelo productivo responsable de una tasa de desempleo global que afecta a más de 200 millones de personas en todo el mundo y cuyas cifras de aumento superan los 30 millones en relación con el ciclo precrisis, radica en la toma de conciencia de la necesidad de desarrollarnos.
No necesitamos crecer más… hemos experimentado una revolución industrial y una globalización, por lo que la capacidad de generar avances tecnológicos es innegable, el gran reto al que se enfrentan los seres humanos, radica en lograr el desarrollo conjunto a través de la creación de comunidades con objetivos específicos de satisfacción de necesidades conjuntas.
Nos enfrentamos por lo tanto a un escenario único, en el que producción eficiente y desarrollo sostenido, dejan de ser conceptos abstractos para convertirse en premisas básicas, en las consignas imprescindibles para lograr un nuevo orden social.
De una forma única, en el momento actual el emprendimiento es la clave de la eficiencia y ésta, sin duda, es imprescindible en el desarrollo… los mercados laborales de todo el mundo han demostrado su ineficiencia en términos de sustentabilidad. Las economías en crisis saben que no será posible – sino a través del autoempleo- terminar con las tasas históricas de desempleo estructural y las economías emergentes, viven su momento de gloria con mercados laborales sustentados en el crédito como punto central del crecimiento, por lo que la consolidación del desarrollo como punto de inicio de la nueva era del ser humano, es simplemente ineludible.
El escenario actual nos lleva a modelos productivos basados en el dinamismo y la constante generación de nuevas oportunidades, en las que la especulación no tiene cabida y en las que únicamente a través de una visión centrada en la reputación y la fidelidad se puede lograr la eficiencia sustentada en el reparto de recursos… esa es la clave del desarrollo y es precisamente desarrollo lo que los seres humanos aún, en su historia, no han experimentado.
Carolina Velasco
Consultora SEO
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