Empresas ven necesidad de pensadores creativos

05 Jul Empresas ven necesidad de pensadores creativos

“La imaginación importa más que el conocimiento”. — Albert Einstein Cuando General Motors contrató a Robert A. Lutz, en el 2001, para mejorar su desarrollo de productos, éste le habló a The New York Times de su nuevo enfoque: “es más del lado derecho del cerebro. Es más creativo.

“Considero que estamos en el negocio del arte”, indicó. “Arte, entretenimiento y esculturas móviles que, casualmente, también brindan un medio de transporte”.

Cuando una compañía automotriz como G.M. está en el negocio del arte, también será el caso de todas las demás compañías, sea cual fuere su sector de actividad.

Por lo tanto, tiene sentido que ejecutivos corporativos busquen los consejos del ícono de cultura pop original del pensamiento basado en el hemisferio cerebral derecho: “Aprender a Dibujar con el Lado Derecho del Cerebro”, por Betty Edwards. En los 80, ese libro popularizó el concepto y, aunque Edwards se retiró en 1998, su hijo Brian Bomeisler imparte talleres corporativos y públicos.

La lista de las compañías con las que ha colaborado Bomeisler parece un quién es quién de las 500 empresas de la revista Fortune. “Esa expresión trillada de ‘romper esquemas’ es lo que hago para las corporaciones”, expresa. “Al enseñarles a dibujar, les enseño una forma enteramente nueva de ver las cosas. Salen de sus esquemas mentales y absorben lo que verdaderamente está allí, con toda su complejidad y belleza. Una de las frases que oigo a menudo de los estudiantes al final del taller es que el mundo parece haberse enriquecido tanto”.

La dicotomía hemisferio derechohemisferio izquierdo nació en los 60, con la investigación del biólogo estadounidense Roger W. Sperry. Al estudiar los cerebros “partidos” de animales y pacientes humanos, cuyos hemisferios cerebrales habían sido desconectados (en el caso de los humanos, con el fin de evitar crisis graves de epilepsia), se dio cuenta de que cada lado del cerebro desempeña su propio papel en la cognición. El hemisferio izquierdo, sede del centro lingüístico humano, es la mitad abiertamente lógica y lineal de la ecuación. El lado derecho, hogar de la percepción espacial y los conceptos no verbales, es la fuente no lineal y altamente conceptual de la imaginación y el placer.

Ambos funcionan en concierto al emitir y recibir constantemente señales a través de un racimo de 200 a 300 millones de fibras nerviosas que permiten equilibrar el aprendizaje, el análisis y la comunicación en todo el cerebro.

Sin embargo, ahora que las computadoras tienen la capacidad de reproducir muchas de las habilidades secuenciales del hemisferio cerebral izquierdo —el lado que distingue cada uno de los árboles que forman un bosque — el autor Daniel Pink alega que ha llegado el momento para que nuestro inventivo hemisferio derecho, el que ve instantáneamente el bosque en conjunto, asuma un papel protagónico.

“Estas habilidades siempre han formado parte de lo que significa ser humano”, señala Pink, autor del libro “Una Mente Enteramente Nueva”, del 2005. “El problema es que, después de unas cuantas generaciones pasadas en la Edad de la Información, se han atrofiado muchos de nuestros músculos altamente conceptuales e interactivos. El reto consiste en volver a ponerlos en forma”.

Hoy, asegura Pink, la maestría en bellas artes “es la nueva maestría en administración de empresas”.

Esta visión alterna del pensamiento tradicionalmente ha sido marginada por el mundo corporativo. Sperry, que era doctor en zoología, mencionó el prejuicio en 1973 cuando señaló: “nuestro sistema educativo, al igual que la ciencia de forma general, tiende a descuidar el aspecto no verbal del intelecto. En resumidas cuentas, la sociedad moderna discrimina al hemisferio derecho”.

Pink espera que su libro más reciente, “Las Aventuras de Johnny Bunko: La Última Guía de Orientación Profesional que Necesitará” ayudará a remediar esta situación. Promocionado como “la primera tira cómica de negocios”, el volumen de bolsillo está dibujado al estilo manga de novela gráfica japonesa. En la historia, Johnny Bunko, oficinista confinado a su cubículo, aprende las verdaderas reglas del juego de la trayectoria profesional —entre ellas “no hay plan” y “comete errores excelentes”— gracias a una hada madrina superheroína que se le aparece cuando separa dos palillos chinos para comer.

La moraleja principal de la historia, de acuerdo con Pink, es la siguiente: el hecho de tomar decisiones profesionales por razones fundamentales, como hacer algo que le apasiona, en lugar de razones utilitarias, como esperar que un puesto constituya un trampolín hacia algo más, encierra poder.

Es un mensaje que Sperry pareció haber entendido cuando aceptó el Premio Nobel de Medicina, en 1981. “El enorme placer y las sensaciones de mi hemisferio cerebral derecho”, declaró, “rebasan lo que mi hemisferio cerebral izquierdo tiene la capacidad de expresar con palabras”.

Fuente: The New York Times. Janet Rae-Dupree.

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